Ser productivo tiene mucho más que ver con eficiencia que con trabajo duro. Esto viene siendo demostrado en los últimos años. Le ha dado un nuevo rumbo a la vida laboral, añadiendo nuevos significados a la productividad.
Por ejemplo, considera la posibilidad de ser una pequeña empresa que trabaja sin parar. El trabajo duro no ayudará a competir con los demás corporativos. Esto es porque el tiempo es un producto limitado. Es decir, un empresario podría trabajar las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Pero su competidor siempre puede gastar más dinero, formar un equipo y pasar muchas más horas colectivas en el mismo proyecto.
Entonces ¿por qué las startups pequeñas han logrado cosas que muchas de las grandes corporaciones no han podido?
Hay una distinción notable entre estar ocupado y ser productivo. Estar ocupado no siempre significa necesariamente que estés siendo productivo. A pesar de lo que algunos puedan creer, ser productivo tiene menos que ver con la administración del tiempo y más con la administración de tu energía. Se trata de aprender a gastar la menor cantidad de energía para obtener los mayores beneficios.
- Deje de trabajar horas extras y aumente su productividad.
- No digas “sí” con demasiada frecuencia.
- No hagas todo tú mismo y comienza a dejar que la gente te ayude.
- Intenta dejar de ser tan perfeccionista
- Comienza a automatizar y deja las tareas repetitivas.
- Deja de adivinar y comienza a respaldar tus decisiones con datos.
- Deja de trabajar y tómate un tiempo para no hacer nada.
Cuanto más trabajes, menos efectivo y productivo te volverás
¿Sabías que?…
- Leonardo da Vinci tomaba varias siestas al día y dormía menos por la noche.
- El emperador francés Napoleón no tuvo miedo de tomar siestas. Tomaba una diaria.
- Aunque Thomas Edison estaba avergonzado por su hábito de siesta, también practicaba este ritual a diario.
- Eleanor Roosevelt solía aumentar su energía antes de hablar de compromisos de siesta.
Fuente: Entrepeneur