Todos hemos escuchado sobre los trastornos mentales, pero, ¿en verdad sabemos lo que son? Pues los trastornos mentales son afecciones que impactan los pensamientos, sentimientos, estado de ánimo y comportamiento. Pueden ser de larga duración u ocasionales, pueden incluso afectar la capacidad para relacionarse con los demás y el cómo funcionar día a día.
Lamentablemente, una enfermedad o trastorno mental es un gran problema social que afecta a un gran número de personas. Se dice que cada de cuatro personas padece un trastorno a lo largo de su vida, sin importar su raza, su cultura o su nivel económico, y quien lo padece, debe enfrentar esta situación en sí misma y también los prejuicios y discriminaciones de la sociedad.
Actualmente, debido a la situación del COVID-19 aumentaron los trastornos mentales, como la ansiedad, el estrés, depresión e incluso ha aumentado la tasa de intentos de suicidio a consecuencia de esta pandemia. En este caso, la atención debe ser mayor en el caso de poblaciones vulnerables, aquellas que son conformadas por adultos mayores o trabajadores de la salud que se encuentran frente a esta batalla.
Entre los datos que existen, de la OMS proyectan que más de 300 millones de personas en el mundo padecen depresión. Y desde el 23 de marzo, la línea de vida de apoyo recibió 42,836 solicitudes, de las cuales 9,700 fueron derivadas por cuadros de depresión y ansiedad generalizada. Se advierte que las personas con alguna enfermedad psiquiátrica, están más expuestas a presentar un mayor deterioro cognitivo o hasta psicosis.
Según un estudio de Perspectives on Psychological Science, la soledad y el asilamiento son dos veces más perjudiciales para la salud física y mental que la obesidad. El miedo a la enfermedad, la muerte y la incertidumbre son los que precipitan los trastornos relacionados con la ansiedad y el estrés, y a escala mundial se pide la creación y difusión de programas de detección y tratamiento para la salud mental.
Si tenemos a algún familiar cercano que esté pasando por esta situación, hay que ser más empáticos y tratar de ayudarlos. Sabemos que muchos psicólogos siguen trabajando a través de videollamadas y que, aunque sea de esta manera, poder ayudar a aquellas personas que padecen alguno de estos trastornos.