Ocasionalmente, todos nos sentimos melancólicos o tristes, pero estos sentimientos, por lo general, son pasajeros y se superan en poco tiempo.
En cambio, cuando una persona tiene un trastorno depresivo, este interfiere con la vida diaria y afecta al desempeño normal de sus actividades cotidianas.
La depresión es una enfermedad común pero grave, y la mayor parte de quienes la padecen necesita tratamiento para mejorar.
En el peor de los casos, la depresión puede prolongarse durante años e, incluso, afectar de forma irreversible a la persona que la padece.
Lidiar con la depresión es un proceso complejo y cada persona puede requerir diferentes estrategias.
1.- Buscar ayuda profesional: Un psicólogo o psiquiatra puede ofrecer apoyo y tratamiento adecuado.
Señalar los problemas de la vida que contribuyen a su depresión y ayudarlas a entender qué aspectos de estos problemas pueden ser capaces de resolver o mejorar.
Un terapeuta capacitado puede ayudar a los pacientes deprimidos a identificar opciones para el futuro y a fijarse metas realistas que les permita mejorar su bienestar mental y emocional.
Los terapeutas también ayudan a las personas a identificar cómo lidiar satisfactoriamente con sentimientos similares, si tuvieron depresión en el pasado.
Identificar patrones de pensamiento negativos o distorsionados que contribuyen a sentimientos de desesperanza e indefensión que acompañan a la depresión.
Por ejemplo, las personas deprimidas pueden tender a generalizar en exceso, es decir, a pensar en las circunstancias en términos de siempre o nunca.
También pueden tomar las cosas de forma personal. Un terapeuta capacitado y competente puede ayudarlas a nutrir una actitud más positiva frente a la vida.
Explorar otros pensamientos y conductas conocidos que generan problemas y contribuyen a la depresión.
Por ejemplo, los terapeutas pueden ayudar a las personas deprimidas a entender y mejorar patrones de interacción con otras personas que contribuyen a su depresión.
Ayudar a las personas a recuperar el control y el placer de la vida. La psicoterapia ayuda a las personas a ver las opciones que tiene, así como a incorporar gradualmente actividades placenteras y satisfactorias nuevamente en sus vidas.
2.- Establecer una rutina diaria: Mantener hábitos regulares puede proporcionar una sensación de estabilidad y control.
Beneficia la salud mental ya que la desorganización genera caos y esta a su vez genera estrés. Sin embargo, una vez que comienzas a desarrollar una rutina diaria esta niebla de ansiedad se disipa. Mejora la autodeterminación.
3.- Practicar ejercicio regularmente: La actividad física puede liberar endorfinas, que son sustancias químicas que mejoran el estado de ánimo.
Es importante recordar que estos son solo puntos de partida y que la recuperación de la depresión puede requerir un enfoque personalizado y multifacético.
Anda a paso ligero de 15 a 30 minutos cada día, o baila, corre o monta en bicicleta, si lo prefieres. A las personas deprimidas no les suele apetecer estar activas.
Pero, de todos modos, oblígate a hacerlo (pídele a un amigo que te acompañe si lo necesitas para estar motivado). En cuanto hagas del ejercicio un hábito, no tardarás mucho en percibir un cambio positivo en tu estado de ánimo.