Una gran parte de la comunicación con los alumnos son los términos y la forma de las conversaciones. Términos como por qué se está comunicando, quién forma parte del proceso de comunicación y el medio a través del cual se está comunicando. Forma como en la estética de la comunicación: el lenguaje, el tono y el esquema.
El esquema alude al conocimiento de fondo. Esos símbolos que tienen significado para los estudiantes. El esquema y los patrones de sintaxis y lenguaje importan tanto como los temas de conversación. Y esta es una distinción importante. Pasar de intercambiar palabras a intercambiar ideas es un gran cambio que no ocurre simplemente porque hay un intercambio de preguntas y respuestas. Hay una cierta confianza inherente en cualquier comunicación significativa.
La solución
Preguntar a los alumnos qué es lo que les interesa. Es una pregunta centrada en el adulto, formulada en términos para adultos expresados en forma adulta. Lo mismo ocurre con otras preguntas que son totalmente válidas para alumnos y profesores.
- ¿Qué quieres crear?
- ¿De qué tienes curiosidad?
- ¿Que te inspira?
- ¿Qué quieres que sea tu trabajo?
- ¿Qué quieres ser cuando crezcas?
Los estudiantes
Los alumnos son espontáneos, rebeldes y naturalmente innovadores. Emocionales, adaptables, indulgentes, frágiles y curiosamente fuertes. Pueden hacer un juego de casi cualquier cosa. Pero un talento subestimado que casi todos tienen es vivir en el presente. Para resistirnos a agarrar sus cabezas y convertirlas en un “futuro” nebuloso e incierto que ninguno de nosotros entiende.
En su mayoría están ciegos en el futuro, pero su capacidad para ver el aquí y el ahora es su fortaleza. Así que lo mejor es burcar términos y formas que resuenen con ellos. Pensar en la música, el lenguaje, el caos y el amor en pos del ahora.Su ubicación física en este momento. Sus potenciales colaboradores ahora. Las oportunidades ahora. Sus necesidades ahora. Los desafíos valiosos que están a su alcance en este momento.
Fuente: Theachthought