La historia de la bolsa de valores traza la evolución de las grandes etapas cumplidas por las estructuras operativas de intercambio y por la valorización de acciones y obligaciones, desde los siglos XIII y XIV hasta nuestros días.
La palabra “Bolsa” tiene su origen en un edificio que perteneció a una familia noble, de apellido Van Der Buërse, en la ciudad europea de Brujas, de la región de Flandes (actual Bélgica), lugar donde se realizaban encuentros y reuniones de carácter mercantil.
El escudo de armas de esta familia estaba representado por tres bolsas de piel, los monederos de la época.
En aquellos tiempos, por el volumen de las negociaciones, la importancia de esta familia y las transacciones que en ese local se efectuaban, la gente le dio el nombre al sitio y a la función de “Buërse”, y por extensión en todo el mundo se siguió denominando “bolsa” a los centros de transacciones de valores o de productos.
Brujas, que llegó a tener 100 000 habitantes, superaba en población a ciudades como Londres y París y fue un centro comercial de primer orden en los siglos XIII y XIV, el principal del norte de Europa, tanto por su condición de ciudad portuaria como por su muy intensa producción de textiles y especialmente los famosos “paños flamencos” reconocidos por su calidad, además de ser el centro de comercialización de diamantes más antiguo de Europa.
No obstante, lo que se considera la primera bolsa fue creada en Amberes, Bélgica, en 1460, y la segunda en Ámsterdam, en los primeros años del siglo XVII, cuando esa ciudad se convirtió en el centro del comercio mundial.
La bolsa de valores como tal y con base en sus predecesoras, surge después de la revolución francesa en el siglo XVIII fomentando el capitalismo en lugar de un sistema feudal.
La Bolsa de Valores de Ámsterdam es considerada la más antigua del mundo. Fue fundada en 1602 por la Compañía holandesa de las Indias Orientales (Verenigde Oostindische Compagnie, o “VOC”) para hacer tratos con sus acciones y bonos.
Posteriormente fue renombrada como Ámsterdam Bourse y fue la primera en negociar formalmente con activos financieros.
La Bolsa de Ámsterdam también funcionó como mercado de productos coloniales. Publicaba semanalmente un boletín que servía de punto de referencia de las transacciones.
Mucho tiempo después, la primacía la conquistó Londres, cuya bolsa de valores, denominada London Stock Exchange, se fundó en 1801.
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