El uso excesivo o por tiempos prolongados de dispositivos móviles como teléfonos y tabletas puede generar alteraciones del sueño y del ritmo circadiano.
Al estar expuestos por tiempos prolongados a pantallas de dispositivos, disminuye la secreción de melatonina, hormona que regula el ciclo del sueño y vigilia, y aumenta los niveles de cortisol, hormona del estrés. Esto impide a la persona dormir de forma adecuada.
Para evitar complicaciones se deben establecer horarios de descanso y evitar el uso de dispositivos móviles por lo menos dos horas antes de dormir, con el objetivo de conciliar el sueño de inmediato.
El sueño se divide en cuatro fases: sueño ligero, profundo o de ondas lentas, y de movimientos oculares rápidos, que se presenta a los 90 minutos de que la persona se quedó dormida.
Las personas adultas necesitan de siete a ocho horas diarias de sueño. En la niñez varía conforme la edad: quienes tienen menos de un año deben dormir hasta 17 horas y de los dos a tres años, entre 11 y 14 horas.
Algunas consecuencias de usar el celular antes de dormir son:
- Provocar dolores de cabeza, migrañas, irritación y sequedad en los ojos, por la exposición prolongada a la luz azul que emiten las pantallas.
- Afectar tu memoria, atención, concentración y rendimiento cognitivo, al impedir que tu cerebro elimine las neurotóxicas que se acumulan durante el día.
- Alterar tu metabolismo y tu peso, al interferir con la regulación de la glucosa y el apetito.
- Generar ansiedad, depresión y estrés, por el uso excesivo de las redes sociales y otras aplicaciones que pueden causar adicción o comparación social.
- Alterar tu ritmo circadiano, que es el ciclo natural de sueño y vigilia, al inhibir la producción de melatonina, la hormona que te hace sentir somnoliento.
Por eso, se recomienda evitar usar el celular al menos una hora antes de ir a dormir, y dejarlo fuera de la habitación o en modo silencio. Así podrás mejorar tu calidad de sueño y tu bienestar.