Carl Jung nació en julio de 1875 Suiza, en una familia religiosa. Fue un niño retraído y solitario, que se atravesó gran parte de su infancia sin poder relacionarse con hermanos o hermanas. En parte por este hecho, acostumbraba a jugar con elementos de la naturaleza y se servía de su imaginación para tejer extravagantes líneas narrativas acerca de todo lo que experimentaba.
Cuando apenas contaba cuatro años, Jung soñó que descendía por un oscuro agujero rectangular que parecía estar cavado en una pradera.
Al llegar al fondo del hoyo, encontró un arco del que pendía una cortina verde que parecía cerrarle el paso. Jung apartó la cortina, al otro lado, encontró algo parecido a un palacio, con techo alto y una alfombra roja que describía un camino hacia un lugar importante.
Encontró una criatura extraña: un monstruo con forma de árbol, piel humana y un solo ojo en la parte superior del tronco. La criatura permanecía inmóvil y ni siquiera daba muestras de reaccionar ante su presencia. En ese momento, oyó cómo su madre gritaba, desde la entrada de la fosa: “¡Míralo! ¡Es el comedor de hombres!”
En ese momento, el puro terror hizo que el pequeño Carl se despertase. Muchos años después, ofreció una interpretación de este sueño basado en el simbolismo fálico del dios subterráneo y el del velo verde, que cubre el misterio.
Jung llegó a considerar que este sueño fue su inicio en el mundo de los misterios, el estudio de la religión y los símbolos, y el funcionamiento de lo que más adelante sería llamado lo inconsciente por los psicoanalistas.
Al llegar a su segunda década, Jung se convirtió en un ávido lector, se interesaba por temas y encontraba en la lectura un excelente pasatiempo.
Una vez hubo llegado a la edad de ir a la universidad, Jung se decantó por estudiar medicina en la Universidad de Basilea, y así lo hizo desde el 1894 hasta el año 1900. Al terminar empezó a trabajar como ayudante en un hospital, y poco después se decantó por la especialidad de psiquiatría.
Ejerciendo en este ámbito, Carl Gustav Jung vio cómo era capaz de abordar a través de su propio trabajo los dos aspectos que le apasionaban: los procesos biológicos tratados en medicina y los temas psíquicos e incluso espirituales. Así, desde el año 1900 empezó a ejercer en una institución mental de Zúrich.
El inconsciente, según Carl Jung creía que el retrato de la naturaleza de lo inconsciente que había realizado Freud estaba incompleto si no se le añadía un importante factor cultural. Sostenía que en la psique de cada persona individual habita, efectivamente, una parte muy importante que puede ser llamada “lo inconsciente”, pero para Jung una parte de este inconsciente es, de hecho, una especie de “inconsciente colectivo” o memoria colectiva, algo que no pertenece sólo al individuo.
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