¿Por qué febrero tiene sólo 28 días?

La historia nos brinda lecciones valiosas sobre nuestro pasado, nos ayuda a comprender nuestro presente y a construir nuestro futuro. Toda aquella civilización relevante que ha sido erosionada por el paso de los siglos, nos han dejado lecciones importantes que forjan nuestra actualidad. Y tendremos que remontarnos al ayer para responder la pregunta ¿Por qué febrero tiene sólo 28 días? un mes único en el año.

Actualmente, se utiliza en gran parte del mundo el calendario gregoriano, el cual se basa en el movimiento de la Tierra alrededor del Sol. No es 100% exacto, y cada año deja un desfase de aproximadamente 26 segundos, por lo que cada 3.300 años es necesario ajustarlo con un día. Se estableció en 1582 y sustituyó al calendario juliano, en el que tienes sus fundamentos y en donde surgió el mes de febrero.

¿Por qué febrero tiene sólo 28 días?

La civilización romana, que más tarde se transformó en el Imperio Romano, estableció un calendario de 10 meses en un inicio. Contabilizaban un periodo de 304 días, y dejaban en el limbo 61 días del invierno, ya que consideran que era un tiempo frío y oscuro. Más tarde fue Julio César, quien vio la necesidad de establecer un calendario fiable para Roma, por lo que se estableció uno nuevo con 12 meses y agregando días extras al año.

El nuevo calendario constaba de 11 meses de 30 o 31 días, y otro de 28, inspirado en el calendario solar egipcio. Y con el objetivo de ajustar las casi seis horas de más del año sideral respecto al año “humano”, el político y militar romano hizo repetir un día cada cuatro años: esto evolucionó al término bisiesto.

Lo cierto es que utilizaron a febrero como un mes para ajustar los desfases y compensar los desajustes, estableciéndolo en 28 días y cada cuatro en 29. Este mes era considerado un mes de purificación y sacrificios, por lo que cobra sentido que tenga menor duración. Asimismo, esta cultura considera los números impares como símbolo de buena fortuna, por lo que algunos meses importantes para ellos, como Julio (en honor a Julio César), quedaron establecidos con 31 días.

Más tarde, el calendario gregoriano presentó un nuevo ajuste, mejorando todavía más la precisión del mismo y evolucionando hasta nuestro calendario actual. Entonces, febrero tiene 28 días, 29 en año bisiesto, por la necesidad de ajustes y desfases cada cuatro años, y por supersticiones antiguas.

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