El nombre de la Esmeralda deriva del griego “smaragdos” y significa “piedra verde”. Nombre que se le daba todas las gemas de color verde hasta que los progresos de la ciencia del siglo XVIII permitieran especificar las diferencias.
La Esmeralda es un miembro de la familia del Berilo (en griego antiguo “beryllos” significa “piedra verde-azul”), que es conocido como “la madre de las gemas” en virtud de sus variedades extremadamente preciosas.
La historia de esta Piedra comienza en Egipto, en las minas de Esmeralda en la región desértica sudoriental, activas probablemente desde el 3500 a.C. y redescubiertas en 1816 por Frederic Cailliaud, minerólogo francés y explorador.
En tiempos de Alejandro el Grande, mineros griegos extraían Esmeraldas de ese sitio. Egipto tenía casi el monopolio de Esmeraldas, pero se obtenían en menor escala de otras fuentes.
En la región de Habachtal en las cercanías de Salzburgo se han encontrado antiguas joyas de origen romano con esta piedra preciosa, como aretes de Esmeraldas de la mina de Mingora del valle de Swuat, en Pakistán.
Según la leyenda, las Esmeraldas de los escitas, mencionadas por Plino en su “Historia Naturalis”, provendrían de los Urales. Las Esmeraldas eran para los antiguos egipcios más que simples gemas, eras consideradas motivo de orgullo nacional y por lo tanto eran fuertes símbolos patrióticos.
Cleopatra consiguió consolidar el poder en el 47 a.C. reivindicó de inmediato la riqueza mineralógica del país. Desde el antiguo Egipto la Esmeralda ha sido conectada a la fertilidad, la inmortalidad, el razonamiento y la primavera. Plinio atribuía a las Esmeraldas el poder de descansar y dar alivio a los ojos cansados.
Las Esmeraldas desaparecieron de Egipto hace mucho tiempo. A partir del siglo XVI con la conquista de las Américas, el origen de la Esmeralda de mejor calidad se concentra en Colombia. En Zambia se descubrió el segundo más grande yacimiento de Esmeralda en el 1931, de muy buena calidad. Otros países donde se encuentra la Esmeralda son: Brasil, Afganistán, Pakistán, Rusia (Montes Urales) y Zimbabue.
Como Gema tipo III, la Esmeralda muestra inclusiones visibles que son un signo particular para reconocerla. Son las características “manchas de belleza” debidas a la formación de la piedra al interno de rocas metamórficas (rocas que han sido sujetas a una transformación física debida a variaciones extremas de calor y de presión) y también a la presencia de restos de cromo y vanadio.
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