Charles Wagner fue un pastor francés reformado que trabajó a finales del siglo XX. Naturalista y defensor de una ética que iba más allá de la religión. El autor hizo una buena reflexión sobre los medios en aquel entonces que bien podría aplicar a la era de las Redes Sociales.
The simple life
Predicó un evangelio radical que rechazaba el dogma y promovía una vida simple, además del amor por la naturaleza. Para 1901 publicó un libro llamado The Simple Life. Esta publicación molestó a las autoridades religiosas. Haciéndose popular en Estados Unidos. En el cuarto capítulo del libro, el autor comenta sobre el estado de la comunicación humana. Diciendo algo más o menos así:
“Antiguamente los medios de comunicación entre los hombres estaban considerablemente restringidos. Era natural suponer que al perfeccionar y multiplicar las vías de información, se lograría una mejor comprensión. Las naciones aprenderían a amarse unas a otras. Los ciudadanos de un país se sentirían atados a una hermandad más cercan. Nada podría haber parecido más evidente”.
“Todos caballeros con destreza en la lengua. Los que saben mejor que nadie cómo hacer que la voz y la pluma sean responsables. Han aprovechado al máximo esta amplia gama de medios para circular pensamiento. Con el resultado de que los hombres de nuestro tiempo tienen la mayor dificultad en el mundo para saber la verdad sobre su propia edad y sus propios asuntos “.
La reflexión para nuestra era
En 1901, Wagner habla sobre el auge de los periódicos sensacionalistas y la descontextualización de la información causada por el telégrafo. Sin embargo, se puede aplicar en el inicio de la era del internet y las Redes Sociales.
Finalmente, vale la pena revisar lo dicho por Wagner ya que el problema es más relevante de lo que lo fue a principios de siglo. Nos enfrentamos a una nueva tecnología que no podemos razonar del todo. Las tendencias que Wagner describe en sus escritos parecen haber sido multiplicadas. Esto por el alcance que la tecnología de la información ha traído a la humanidad.
Fuente: Cal Newport