Aprender jugando es posible

Es una realidad que la mayoría de los niños aprenden mientras juegan. Aprender a través del juego es algo habitual para los niños ya que de esa manera van desarrollando habilidades casi sin darse cuenta.

 

Sin embargo, conforme crecemos es cada vez más complicado acceder al conocimiento de esta manera. Esto hace que la tarea de aprender se vuelva tediosa y aburrida.

 

“No dejamos de jugar porque crecemos, crecemos porque dejamos de jugar”

-Oliver Holmes

 

Es ampliamente aceptado que los niños aprenden mucho a través del juego. La mayoría de la sociedad ha adoptado la visión de que el aprendizaje de adultos tiene que ser serio.

 

 

Aprendemos mejor mientras nos divertimos 

 

Mientras nos divertimos aumentan nuestras emociones positivas que activan los centros de aprendizaje del cerebro. Esto significa que cuanto más satisfactoria sea la experiencia que estamos teniendo, mayor será el aprendizaje. Al mismo tiempo, mientras nos divertimos somos más creativos e innovadores lo que concluirá en nuevas ideas y desafíos.

 

Ya sea que juguemos en equipo o individualmente, se desarrollan habilidades sociales. Se aprende a hablar con uno mismo de manera más positiva y expresar de forma más eficaz nuestras opiniones.

 

Sencillamente, convivir con gente de manera lúdica y ver cómo los demás abordan los juegos ex una experiencia de aprendizaje en sí misma. 

 

 

La sana competencia 

 

Al momento de una partida de cartas, ajedrez o un partido de fútbol existe una competencia saludable. Mientras la competencia sea de inocencia infantil (en lugar de conquistar y aplastar), aumenta tus niveles de felicidad y tu rendimiento. También puede fortalecer el vínculo que tienes con las personas con las que juegas.

 

Cuando se está expuesto a aprender algo desde una perspectiva completamente diferente, como utilizar clases de improvisación para mejorar tus habilidades de presentación, realmente llevas el aprendizaje a un nivel completamente nuevo. Ves cosas que nunca habrías notado en una clase tradicional de “habilidades de presentación” y, a largo plazo, ayuda a destacar entre la multitud.

 

 

Jugar al aire libre aumenta la creatividad

 

Salir del entorno habitual ayuda a ampliar la mente y hace que seamos más receptivos al aprendizaje. Salir a jugar, el aire libre y la libertad de movimiento libera sustancias en el cerebro que nos hace más abiertos a aprender. Naturalmente, aumenta la creatividad al tiempo que mejora la concentración.

 

Fuente: Happyologist